Dos ciudadanos turcos fueron detenidos ayer acusados de una calculada audacia delictiva dentro del casino de Rosario: los detectaron en una estafa con cartas marcadas por ellos mismos, que usaron en las mesas de póker generando un beneficio fuera de lo común en su favor.Precisamente eso que parecía una racha imposible generó sospechas en los supervisores de la mesa. Las videocámaras de seguridad ayudaron a revelar que lo que había no era suerte ni oficio sino, sencillamente, trampa.
Los dos hombres son oriundos de una ciudad del interior de Turquía, y tienen 35 y 39 años. Fuentes de la Unidad Regional II contaron que ingresaron al país el 2 de febrero. Llegaron el jueves a la ciudad y se hospedaron en un hotel de San Lorenzo al 900. Luego de registrarse se dirigieron al City Center de Rosario. Entraron al recinto de juego y empezaron a desplegar algo que el primer día no llamaría la atención pero que era parte de un puntilloso plan.
Hombres trabajando.
Se sentaron en una mesa de poker y empezaron a formalizar apuestas y solicitar cartas al crupier. Nada pareció especialmente notorio porque durante el largo lapso que pasaron jugando esa primera jornada les ocurrió lo que a la mayoría de los apostadores de todos los juegos: perdieron.
Pero en realidad perder era parte de su plan estratégico. No solamente estaban jugando, según fuentes policiales, sino trabajando de manera sigilosa. Lo que hacían era marcar las cartas con una especie de minipunzón que dejaba una señal casi imperceptible en el dorso de las cartas. Jugaron el tiempo necesario yendo a pérdida como para marcar todas las barajas del mazo en su vértice izquierdo. Cuando el trabajo estuvo hecho se retiraron.
Pavada de racha.
Regresaron al día siguiente. Esta vez para hacer abrir los ojos por lo que parecía una racha endemoniada: no perdían una sola mano. Semejante desempeño terminó llamando la atención y desde la mesa advirtieron a los controles de las cámaras de seguridad que verificaran si había algo más que suerte.
Estos comprobaron que era algo más. Notaron que los dos hombres advertían las marcas que tenían las cartas del crupier. No necesitaban mirar la baraja porque debido a la personal convención de signos creada especialmente por ellos sabían el valor de cada naipe que el crupier, que juega contra ellos, desplegaba sobre el paño de la mesa. Habían punzado todos los ases con la misma marca, todos las K igual, todas las Q del mismo modo. La seña no traspasaba la baraja, era delicada y casi imperceptible.
"Los descubrieron por engolosinarse. No dejaron de ganar ni en una sola mano. Eso hizo que el sistema de alertas del casino se posara sobre ellos",indicó un vocero policial del caso.
Con el mazo dando.
Los encargados de la investigación no pudieron precisar si los apostadores acudieron a la misma mesa, o bien, buscaron el mazo que habían marcado. Ocurre que los naipes, según explicaron, tienen dos colores. "Si no fueron a la misma mesa deben haber buscado el mazo del color que marcaron",indicó el portavoz del caso.
El personal de seguridad del casino avisó a la comisaría 21ª lo que estaba ocurriendo. Una guardia discreta de esa seccional detuvo a los dos visitantes entrada la madrugada de ayer. Las autoridades del casino les entregaron las cartas marcadas y las imágenes de video. Los extranjeros se mantuvieron en calma. "Debieron entregar el dinero que habían ganado, o, mejor dicho, malganado", sostuvo un jefe policial.
Quedaron acusados de estafa en la comisaría de Santiago y Arijón a disposición del juez de Instrucción Nº 3, Luis María Caterina. En la Unidad Regional II dieron aviso a Interpol desde donde consignaron, según fuentes policiales, que los dos turistas no tenían pedidos de captura internacional. También se consignó lo ocurrido a la Embajada de Turquía en Buenos Aires y se requirió un traductor dado que ninguno de los detenidos habla español. En la comisaría uno de ellos cambió palabras en un inglés elemental con uno de los oficiales jefes. No trascendió si en la charla éste le preguntó como se dice pícaro en turco. (MALISIMO)
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